En mi afán por buscar textos amigables, he optado por toma un “inter” en mi lista de “libros bien intencionados” así que tomé el que mi amiga Karina me prestó cuando le dije que sólo había leído los primeros tres títulos de Rowlling. Como ya muchos sabrán después de haber leído a la autora, se trata de la 4a producción titulada Harry Potter y el cáliz de Fuego. Parece que en esta parte el puberto Potter anda más zarandeado que nunca, pues, toda la trama del libro empieza adentrarse en torno a él, no desde los mundiales de Quidditch acontecidos en Inglaterra, sino en el torneo de los tres magos acontecidos en el colegio de magia y hechicería donde Potter cursa: Howards.

Misteriosamente su nombre aparece en el artefacto encargado de seleccionar de entre los mejores y más aguerridos estudiantes de tres distintos colegios. Lo que muchos ignoran es que es un elaborado plan para poder extraerlo de la protección de Dumbledore y llevarlo lejos donde lo espera, muy debilitado y con ansias de regresar uno de los magos más tenebrosos de la historia, Lord Voldemort. Quien lo necesita, pues uno de los ingredientes para su retorno, corre por las venas de Harry.

Ha sido una lectura entretenida, no hay como textos parecidos a éste para relajar un poco la mente.